En El Rocío
a principios de los 70 Manuel Martínez “El Tormenta” de La Palma del Condado
(Huelva), tabernero y rociero de los que iban “en caseta” se fijó en un
tamboril de alguien que tocaba y decidió que para el siguiente año haría un
tamboril para tocarlo en el Rocío.
Preguntó, se informó, y entre copas en su taberna consiguió que amigos como Miguel “El Vélez” le trajese una barrica de madera que desmontó con la ayuda de Juan "El Palanca", consiguiendo así la madera para la caja y los aros del tamboril; Emilio “El Sevillano” le proporciona la forma de preparar las pieles de cabra que le trajo un cliente carnicero para obtener los parches y el palo lo hizo de madera de acebuche con un hacha como hacia los cabos de azadón; haciendo su tamboril como quería para el Rocío siguiente.
A partir de entonces amigos y clientes de la taberna le encargaron la fabricación de tamboriles que empezó a perfeccionar pasando de la barrica a los aros de criba y al tablero de okume y a los aros de dos tiras, haciendo 5 tamaños de tamboril con la misma técnica y una alta calidad en materiales y acabados.
En la actualidad se fabrican 7 tamaños de tamboril de los cuales los 4 mas grandes se fabrican al estilo antiguo, sin mosquetones, con agujeros en los aros como se hacía antaño para pasar el cordel y con la máxima calidad en los materiales y en los acabados de la actualidad.
Los tamboriles que se muestran están montados sin pintar para mostrar el
material del que están hechos.
Se terminan con protector decorativo para la madera y con pintura esmalte,
previo encargo se puede personalizar con cualquier color de la carta de
colores.